lunes, 17 de diciembre de 2012




DANZA TODO DANZA

El movimiento de la vida es un baile sagrado donde cada paso es único y singular y cuyo escenario por excelencia es el corazón.
No hay danza sin bailarines y no hay baile, sin alegría de vivir.Danzar es permitir que la emoción se mueva y que la energía se estremezca construyendo siluetas y formas que se deshacen tan pronto, como son trazados.La danza es el cuadro que se dibuja en el lienzo del espacio, detrás con los pinceles de los brazos, de las piernas y de los dedos.


La danza es una escultura modelada llena de miradas, caricias y sonrisas esculpidas con el cincel de la justicia.
La danza es la escultura que modela la carne humana, dinamizada por el espíritu que la habita. Es arquitectura e movimiento, edificios que se desplazan por encontrarse y que generan paisajes de belleza.
La danza es la mímica que se escucha por los ojos, movimiento habitado, presencia consciente, presente absoluto, regalo para quien la ejecuta y para quien la contempla.
Danza es mover energía, movernos,rejuvenecernos, recrearnos y sanarnos.
La danza es curativa en cuanto a una invitación a fluir, a dejarnos llevar y nos aligera de los pesados que nos aburren.
Es preciso recuperar la danza como ritual cotidiano,como movimiento domestico y como fiesta ordinaria.
En las casa y en las escuelas se baila poco. Es otro modo de decir que son espacios altos de vida y alegría y en los que la rutina, minó el espíritu festivo.
No solo se trata de incorporar la danza como una actividad más, sino de entender que enseñar es hacer bailar las letras, los números  las ideas y las palabras en el corazón de un niño para que allí puedan ser acogidas como celebración y exaltación de la vida que somos.
 Educar es trazar coreografías de luz y energía en el escenario del corazón humano y hacer latir y danzar los valores humanos que nos hacen divinos.




Autor: José María Toro.


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